15 de abril de 2013

A lxs estudiantes: nuestra decisión


 
 
“Un momento político ocurre cuando la temporalidad del consenso es interrumpida… La política no necesita barricadas para existir. Pero sí necesita que una manera de describir la situación se oponga a otra, y que se oponga significativamente” Rancière.
 
Si hay algo a lo que en estos más de diez años le hemos puesto los deseos, las ideas y sobre todo el cuerpo, es a construir en nuestra facultad un proyecto y una realidad que se oponga significativamente a lo impuesto. Siguiendo nuestros principios de independencia, horizontalidad y autogestión hemos tenido siempre como objetivo  exigir que se efectivice lo que implica la educación superior como pública, laica y gratuita y como único guión incontestable la lucha por los derechos de lxs estudiantes. Desde nuestro trabajo en el centro de lxs estudiantes o el Consejo Directivo, pasando por las actividades culturales y académicas y llegando hasta nuestras intervenciones en actos oficiales o nuestra participación en las movilizaciones sociales, nunca hemos tenido otro interés que el de generar una interpelación que despierte un pensamiento y una acción críticos del modelo excluyente y de mercado que caracteriza tanto la impartición como producción de conocimiento en nuestra universidad. Hemos propuesto y generado cambios en los más diversos niveles: desde contenidos curriculares específicos y régimen de enseñanza, pasando por las estructuras de cogobierno, hasta llegar al mismo Estatuto de la UNL. Todo a pulmón y todo a riesgo, porque tuvimos individualmente las represalias académicas e incluso violencia física por parte de los CUSEVIS correspondientes a nuestra disidencia. Es claro entonces que nunca militamos por beneficio personal, sino por esa obstinación que sólo lxs que se han animado a comprometerse honestamente y sin mezquindades en una pelea para y por todxs donde no importa o se asume el costo a nombre propio, son capaces de entender. Nunca pretendimos arrogarnos la voz de nadie, siempre apelamos a ser eco de todxs lxs estudiantes y hacer llegar estrictamente eso a los espacios institucionales que imponen la representación. Fuimos sistemáticamente en contra de la delegación, alentando la intervención directa de todxs, por eso siempre nos inquietó la diferencia abismal entre la cantidad – por muchos años mayoría- de votos que recibíamos y la escasez  de cuerpos, voces y miradas que acompañaban las actividades. Nosotros elegimos la militancia, nadie nos obligó, pero muchxs estudiantes nos eligieron. Y elegir a Andamio era elegir comprometerse.
No dimitimos de nada de eso. No damos un paso atrás en nada del camino recorrido ni cedemos a ningún chantaje discursivo. Pero tras la experiencia y un detenido análisis de lo que viene ocurriendo en nuestra facultad en estos últimos años, se impone rotundamente que la escena política ha tomado una determinada forma ante la cual es perentorio resituarse. Cuando las reglas de juego restringen más que habilitan y el tablero se reduce significativamente, los movimientos posibles ya no son cuestión de discusión ni elección, se vuelven necesarios. Y por tanto, determinados a priori por quien impone arbitrariamente las reglas. Y por tanto, por más que les pese a los participantes, funcionales a los objetivos del que reglamenta. En pocas palabras: tras los mecanismos de participación aparente y co-gobierno ficticio, tras el vaciamiento de las funciones del Consejo Directivo en pos de las instancias unipersonales de Gestión ejecutiva, tras el pliegue de la pluralidad representativa a un único bastión hegemónico e ideológico, tras la desmovilización estudiantil por la lógica partidaria o el desinterés cómplices por acción u omisión de la tergiversación y cooptación de luchas que engendramos y llevamos adelante desde principios radicalmente opuestos a la gestión de la Facultad (ej: departamentalización de C. Política y Sociología) ; tras todo eso convertido en regla, la disidencia se excluye de antemano y sólo queda convalidar con la presencia en esos espacios lo que allí sucede. Ser funcional.
 Así como no se negocia la memoria, la verdad y la justicia, el sentido y el contenido real de la democracia no se negocia. Negociar los principios, en particular nuestros principios, sería hipotecar y traicionar los derechos de lxs excluidxs que el plan estratégico de la institución pretende borrar por completo. Jamás fuimos ni vamos a ser cómplices ni copartícipes de esa desidia, ese cinismo, esa violencia. Por eso dejamos vacantes nuestros lugares en la maquinaria institucional.
Que nos intenten correr por derecha los que pliegan constantemente las normas a su favor. A ellos les decimos: somos consecuentes, no hipócritas ni miopes. Que intenten corrernos por izquierda los de las consignas grandilocuentes y acciones improvisadas. A ellos les decimos: somos utopistas, no ingenuos. Nuestra negativa a ocupar espacios que otrora fueron posibles focos de resistencia –y mientras lo fueron, en eso los convertimos- y hoy están completamente articulados a la hegemonía, no es una huida ni una rendición. Es una declaración de principios. Es la asunción completa de la responsabilidad que tomamos desde el primer día para con un proyecto distinto de facultad y universidad. No abandonamos al estudiantado, es por una férrea convicción en sus derechos que no nos doblegamos ante quienes quieren cercenarlos. Es por la confianza expresada en nosotros por quienes nos votaron que tomamos esta resolución. Lxs que votaron a Andamio votaron a quienes no transan, no se reconcilian, ni bajan la cabeza ante lo inaceptable. No nos interesa lo políticamente correcto. Nos interesa y practicamos la coherencia. Andamio jamás fue ni será nunca engranaje del aparato radical.
Nuestra decisión no implica de ningún modo abdicar, desvalorar o poner en juego el trabajo serio, responsable y efectivo que en estos espacios realizan nuestras agrupaciones hermanas Martín Fierro y Mate, en sus respectivas unidades académicas (FIQ-FICH). Nuestra lectura  y la consecuente decisión que tomamos responde a la situación en FHUC.  Por eso mismo no abandonamos la militancia. Seguimos practicando nuestros principios pero ahora con proyectos que hacen pie por fuera de las puertas de la facultad y en los cuales pretendemos que se sumen todxs los que comparten el interés por el cambio social.
A lxs que piensen con gozo que acá se terminó Andamio, les decimos que no tardarán en tener noticias nuestras que les quiten la ilusión. A lxs que piensen lo mismo pero sientan cierto pesar al respecto, les decimos: toda crisis es una oportunidad, todo cambio la posibilidad de dar una nueva forma y fuerza a lo que vale la pena. Quizás ahora nuestra ausencia en los pasillos y las bancas pueda mostrar con más peso el sentido y el valor de un proyecto independiente en la facultad.  Quizás quienes no se animaron antes, entiendan ahora y sientan la necesidad de poner el cuerpo. Búsquennos porque seguimos y vamos a seguir estando. Pero como nosotros queremos, no como lo quieran otrxs. Como nos hemos creado y no dejaremos de hacerlo: desde abajo y a la izquierda.
 
 
Santa Fe, domingo 7 de abril de 2013

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