9 de diciembre de 2008

DESPEDIDA CON FLORES Y DISFRACES

Hoy es la ultima sesión de Consejo Directivo y nuestros consejores por la mayoría estudiantil concurrirán a dicha sesión vestidos o disfrazados, pero bien formales (¿como debe ser?) ¿A que se debe esto? Entendemos que cualquier despedida tiene que estar acompañada (mala o buena) de un reconocimiento o gesto. Este año en el consejo directivo se trabajó a más no poder, demostrando una labor y compromiso indiscutible por parte de nuestros consejeros. Los cuales decidieron regalarle/nos un balence del ciclo que caracteriza al consejo y nos cuenta lo que se pretende del espacio y, lo que se pudo conseguir
. El recorrido de este camino dejó un aprendizaje que a través de este blog lo compartimos a continuación (recordemos que las sesiones son publicas y se realizan los martes a partir de las 18 hs):
Balance sobre el devenir, siempre cierto y predecible, del
Consejo Directivo 2008.


Al finalizar cada período, que no necesariamente tiene que coincidir con los fines de año, aunque en este caso si, es interesante y sobre todo necesario realizar balances sobre lo hecho, lo dicho y lo callado.
En esta oportunidad, nos referiremos al Consejo Directivo y a nuestros aprendizajes[1] como consejeros estudiantiles por la mayoría aunque en considerable minoría dentro del cuerpo.
Aprendimos que:

- No todos los expedientes son iguales: es decir notamos una clara diferencia con la demora y/o la desaparición de ciertos expedientes. Nos preguntamos sobre el expedientes de gratuidad iniciado en el 2007, que se retomo a principios de este año y caduco en el letargo de unas simples averiguaciones que debían hacerse en rectorado. Tampoco salió nunca el expediente sobre la defensa de los trabajadores docentes de la Universidad de la Rioja, y tampoco el de la propuesta para la rediscusión del reglamento de la práctica docente.

- No importa el desempeño académico para acceder a un concurso: entendimos esto luego de la aprobación del concurso para un cargo ayudante alumno, donde cada uno de los consejeros docentes, no docentes y algunos estudiantiles, aprobaron a un estudiante que, entre otras cosas rindió tres veces mal un materia fundamental para el desempeño docente, la Didáctica General.

- No podemos exigir porque somos inferiores: en reiteradas oportunidades se nos hizo mención a que nuestra condición de estudiantes no nos permite EXIGIR el cumplimiento de nuestros derechos o hacer valer nuestros reclamos, nos preguntamos todavía sin entender, ¿Cuál es la razón de esta diferencia? ¿Por qué marcar una condición de superioridad/inferioridad? ¿Que somos una especie inferior de primate-estudiantil con DERECHO a nada?

- No se deciden políticas que impliquen fondos: es decir a principio de año la Decana nos informó que el consejo directivo “no maneja plata” con el devenir de las sesiones también aprendimos, que tampoco defiende una política de gratuidad para congresos, postgrados o licenciaturas a términos, sino que por el contrario todo es tratado con la mismo lupa, como si los costos no condicionaran la formación de los estudiantes y docentes y el perfil de la universidad. Tampoco el Consejo Directivo exige rendimiento de cuentas sobre el destino de los fondos que ingresan a la Facultad luego de estos eventos, no importa si el mismo costo $5 o más de $2000 ¿Cómo se puede dejar librado al destino tan particular detalle?

- No se consultan a las bases: nunca nos enteramos de que los docentes que no forman parte de este cuerpo sean consultados sobre alguna cuestión que aquí se trate, nos preguntamos ¿qué piensa un docente -independientemente de su condición de trabajo- sobre el desarrollo del consejo directivo? ¿Por qué nunca suben al consejo a manifestar sus reclamos o descontentos? ¿y el personal NO DOCENTE?. El grado de indeferencia o silencio es para pensar.

- No se delibera: el Consejo Directivo, no se da tiempo para discutir, todo es mayormente aprobado, cuando no se le modifica alguna coma al expediente, sin discusiones previas. Todo se limita a las instancias en las comisiones aunque muchas veces sea necesario recuperar y retomar esas discusiones. Además, se pone al mismo nivel la discusión a puerta cerrada –comisiones- y las de puertas “abiertas” –consejo. Un ejemplo de ello lo constituye el último informo de AUTOEVALUCION, nadie tenia nada para agregar, para decir, para aclarar, para discutir, para repensar....


No obstante todo aprendizaje es posible de ser procesado, autoevaluado y criticado por el aprendiz. En este sentido y dado que entendemos que el Consejo Directivo no es una entelequia, sino por el contrario es una institución conformada por sujetos históricos, perfectible y modificable, nos negamos a aceptar, cual dogma, lo señalado anteriormente.
No vamos a dejar de exigir y mucho menos dejaremos de usar esa palabra, no vamos a renunciar a nuestros reclamos, no vamos a dejar de consultar al cuerpo estudiantil, y sobre todo no vamos a dejar de señalar los errores funcionales que atentan contra a los principios de la educación laica, gratuita, pública y democrática.

[1] Se entiende, por aprendizaje a la adquisición por la práctica de una conducta duradera o conocimiento. Vale aclarar que no todo proceso de aprendizaje es progresivo, y muchas veces es frustrante y doloroso, y no siempre lo que se aprende es necesariamente bueno.

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